Vicente Clavero.Público
Después de haber mantenido viva su esperanza hasta el último minuto,
Mariano Rajoy dejó a los jubilados con un palmo de narices hace dos
semanas, al escamotearles la actualización de sus pensiones, que este
año han vuelto a sufrir una notable merma de poder adquisitivo. Al
presidente del Gobierno no le importó entonces infligir un nuevo golpe a
la economía de nuestros mayores, en cuyos bolsillos ya había metido la
mano con decisiones tan injustas como la subida del IVA o el copago de
algunos servicios sanitarios.
Pues bien, dentro de su persistente política de castigar a los
colectivos más vulnerables, Rajoy pretende ahora que los trabajadores
peor pagados de España pierdan capacidad de compra en 2013, por efecto
de una subida del salario mínimo interprofesional (SMI) de sólo el 0,6%.
Si el Gobierno mantiene la intención que transmitió la semana pasada a
los interlocutores sociales, quienes cobran el SMI mondo y lirondo
percibirán el año que viene 645,30 euros al mes, en vez de los 641,40
que actualmente se embolsan.
En los doce meses justos que lleva en el poder, esta es la segunda
vez que el PP se ceba con el salario mínimo interprofesional, para
satisfacción de los empresarios, únicos a los que la medida en realidad
beneficia. Por decisión de Rajoy, el SMI ha permanecido congelado en
2012, después de subir de forma significativa durante las dos
legislaturas de José Luis Rodríguez Zapatero, que aun así no llegó a
cumplir su objetivo de situarlo en 800 euros mensuales.
Además de ser la retribución más baja para una jornada completa que
la legalidad española permite, el salario mínimo interprofesional sirve
de referencia para la fijación de diversas cantidades, entre ellas las
que abona el Fogasa cuando las empresas tienen deudas con los
trabajadores y no pueden pagarlas. El SMI, por otra parte, es
considerado un elemento básico de subsistencia; de ahí que no se pueda
tocar ni siquiera en procedimientos de embargo, y eso, en los tiempos
que corren, tiene su importancia.
Precisamente por la trascendencia del SMI, que excede incluso el
ámbito estrictamente laboral, su revalorización anual está preservada en
el Estatuto de los Trabajadores, siendo el primer criterio aplicable
para ello la evolución de los precios al consumo. Ese texto legal prevé
incluso que el importe del SMI sea objeto de revisión semestral en el
caso de que el IPC desborde las previsiones del Gobierno. Cosa que
Rajoy, siguiendo su inveterada costumbre, se ha vuelto a pasar por el
arco del triunfo.
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