sábado, 6 de octubre de 2012

La miseria de nuestro país y los patriotas de hojalata

Juan Laborda. Economista

El deterioro de la marca España es brutal, despiadado, nada y nadie se escapa al mismo, se generaliza a todos los ámbitos, el económico, el político, y, sobretodo, el social. Es deplorable la mediocridad de las actuales elites políticas, reflejada en una verborrea supina, alejada de un nivel de oratoria y retórica mínimo exigible en una democracia decente. ¿Verdad que sí, señora Cospedal? Pero lo más angustioso es ver cómo protegen a unas elites económicas y financieras insolventes, cómo se arrodillan ante nuestros acreedores, cómo se pliegan a toda una baterías de recortes y políticas económicas impuestas desde la troika, incapaz de prever y entender lo que ha pasado, lo que está pasando, y lo que pasará. Cuando escucho a Almunia se me hiela la sangre. Nos están empobreciendo a una velocidad récord. Quiero pensar que no se enteran de las consecuencias de sus actos, porque en caso contrario serían miserables.
Desde este blog hemos analizado largo y tendido el aumento de la pobreza, que vuelve a instalarse con toda su intensidad en nuestro país, y el incremento continuado de las desigualdades bajo los distintos gobiernos PP-PSOE. Los datos son insoportables. A modo de ejemplo hemos conocido esta misma semana dos nuevos datos. En septiembre el número de afiliados a la Seguridad Social cayó en 86.174 personas respecto al mes anterior, lo que sitúa el total de adscritos al sistema en 16,8 millones, muy alejados de los más de 19 millones de afiliaciones en 2007. Se ha convertido en el segundo peor septiembre de la serie histórica.
Sanidad pública, servicios sociales, y desahucios
Es llamativo el hecho de que más de la mitad de los casi 80.000 empleos destruidos en el Régimen General, al que están afiliados ocho de cada diez cotizantes, provienen del sector público, especialmente en actividades sanitarias y servicios sociales. Cuando más debería incrementarse el gasto social y proteger a los más débiles, sólo reciben palos y más palos, y además que no rechisten, cuanto más silenciosos mejor. Eso sí, el gasto por intereses de nuestra deuda se incrementa un 34%, hasta alcanzar una cifra próxima a los 40.000 millones de euros, totalmente insostenible.
Pero ahí no queda todo. El número de desahucios en España alcanzó en el segundo trimestre de 2012 una cifra récord, 526 diarios. Se rescata a la gerencia y a los acreedores de nuestro sistema financiero, esos mismos inmorales y miserables que lo hundieron, ninguno de los cuales ha pasado aún por tribunal alguno, pero aquellos hipotecados a los que concedieron préstamos e hipotecas sin ningún control de riesgo que apoquinen, a pagar hasta el último Euro. Dejo para otro día el paripé de Oliver Wyman, sus supuestos y cálculos sobre las necesidades de capital de nuestra banca.LEER ARTICULO COMPLETO

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