¿Cuál es la diferencia entre España y
Portugal?: un año. Basta mirar al país vecino para adivinar el futuro que
nos espera: más recortes, más paro, más dolor y más recesión. "La
verdadera crisis empieza ahora", me cuenta una directiva de una de las
principales empresas del Ibex 35, que teme que este lustro de crisis que ya
llevamos haya sido solo el aperitivo, que cree que es a partir de ahora cuando
vamos a pasarlo realmente mal. Tiene bastante razón. Así lo han confirmado las
nuevas previsiones del FMI, unos datos que dejan cinco pistas de lo que está
por llegar.
1. Los Presupuestos son papel mojado. El
FMI cree que la recesión del año próximo será casi tres veces mayor de lo que
calcula el Gobierno: una caída del PIB del 1,3%, en vez del 0,5% que aparece en
los Presupuestos Generales del Estado. Incluso si el Gobierno acertase y la
recesión solo fuese del 0,5%, los ingresos previstos en las cuentas públicas
para 2013 son extremadamente voluntaristas. Si además la recesión se agrava,
como dice el FMI, esos ingresos dejan de ser optimistas para convertirse en un
cuento de la lechera imposible de cumplir.
2. Los recortes van a ir a peor. Si se
hunden los ingresos, el presidente Rajoy hará honor a su propia definición.
"Voy a ser un presidente previsible", nos contó, y previsiblemente
pondrá de nuevo el cumplimiento del imposible déficit pactado con Europa por
delante de todo lo demás. ¿Despedir a la mitad de los trabajadores interinos de
la Administración ?
¿Rebajar las pensiones? ¿Aumentar otra vez el IVA, o el IRPF, o un nuevo
impuesto en la gasolina, o rebajar todos los salarios del país, incluso los privados?
Todas estas medidas, hasta ahora inimaginables, ya están en marcha o en estudio
en los demás países rescatados y en España pronto llegarán. Al igual que el
primer Presupuesto del Gobierno Rajoy fue enmendado varias veces con nuevos
recortes, el segundo será también podado sin piedad, en cuanto los gallegos y
los vascos hayan terminado de votar.
3. Un nuevo rescate, de una forma u otra, llegará. Más allá del eufemismo
con el que disfracen la realidad, el segundo rescate está al caer. El Gobierno
recurrirá a una ayuda exterior que estará condicionada con una política
interior: dinero a cambio de sacrificios. A eso juega Mariano Rajoy y eso pide
también abiertamente la mayor parte de la comunidad internacional.
4. Alemania está por el rescate. Las objeciones que
ahora pone el Gobierno alemán al rescate español responden a dos cosas: a una
estrategia de negociación para endurecer las condiciones para España y a la
necesidad de Angela Merkel de evitar pasar por el Parlamento alemán otro enorme
rescate total. La coalición de la canciller alemana no está para muchas más
tensiones: por eso es probable que Europa encuentre cualquier otra fórmula que
haga más sencilla la digestión. Es una solución que también le gusta a Rajoy,
tan interesado como Merkel –por otros motivos– en que no lo llamen rescate para
evitar el oprobio personal de ser el presidente del Gobierno que firmó el gran
fracaso nacional.
5. Y el FMI, también. El consejero financiero del
FMI, el español José Viñals, lo
ha dejado claro esta mañana en la SER: el fondo valoraría
"positivamente" que España pida el rescate. Tampoco hacía falta. Con
sus pronósticos, el FMI no le ha dejado al Gobierno otra opción. Cabe
preguntarse si tanto negro pronóstico no es una profecía interesada: si el FMI
no ha exagerado ese apocalipsis que dibuja para España precisamente para forzar
un rescate que sin duda interesa a nuestros acreedores, pero que está por
demostrar que sea bueno para el país.
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